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Núm. 3: Hechos de Apóstoles. La exactitud del libro de Hechos (it-1 pág. 1115 párrs. 3-5) (5 min.)
JErazo
Autenticidad. La exactitud del libro de Hechos ha quedado confirmada a través de los años por varios descubrimientos arqueológicos.
Pablo y Bernabé fueron enviados a efectuar obra misional en Chipre y allí conocieron a un procónsul llamado Sergio Paulo, “varón inteligente”. (Hechos 13:7.) A mediados del siglo XIX, en unas excavaciones en Chipre se descubrió una inscripción de 55 E.C. que menciona a este mismo hombre. De esto el arqueólogo G. Ernest Wright dice: “Es la única referencia que tenemos a este procónsul fuera de la Biblia, y es interesante que Lucas nos dé correctamente su nombre y título
Por ejemplo, Hechos 13:7 dice que Sergio Paulo era el procónsul de Chipre. Se sabe que poco antes de que Pablo visitara Chipre, un propretor o legado gobernaba la isla, pero el descubrimiento de una inscripción en Chipre prueba que llegó a estar bajo la jurisdicción del senado romano en la persona de un gobernador provincial llamado procónsul. La situación de Grecia durante la gobernación de César Augusto fue parecida. Acaya era una provincia gobernada directamente por el senado romano, pero cuando Tiberio llegó a ser emperador, él mismo se encargó de su gobierno, si bien, según Tácito, en tiempos del emperador Claudio volvió a ser una provincia senatorial. Se ha descubierto un fragmento de un rescripto de Claudio a los habitantes de Delfos (Grecia) en el que se hace referencia al proconsulado de Galión. Por consiguiente, Hechos 18:12 es exacto cuando se refiere a Galión como el “procónsul” durante la estancia de Pablo en Corinto, la capital de Acaya. (Véase GALIÓN.) Además, una inscripción hallada en un arco de Tesalónica (cuyos fragmentos se conservan en el Museo Británico) muestra el acierto de Hechos 17:8 al hablar de los “gobernantes de la ciudad” (“politarcas”, gobernadores de los ciudadanos), a pesar de que este título no se encuentra en la literatura clásica.
En Atenas, el Areópago, o Colina de Marte, donde Pablo predicó se yergue hasta este día como testigo mudo de la veracidad de Hechos. (Hch 17:19.) Los términos y las expresiones médicas que se encuentran en este libro concuerdan con los de los escritos médicos griegos de la época. Los medios de transporte comunes en el Oriente Medio del primer siglo corresponden básicamente a los mencionados en Hechos; por tierra: a pie, a caballo o en carros tirados por caballos (23:24, 31, 32; 8:27-38); por mar: en barcos de carga (21:1-3; 27:1-5). Aquellos barcos antiguos no tenían un solo timón, sino que se controlaban con dos grandes remos timoneros, de ahí que se haga referencia a ellos en plural (27:40). En relación con la narración del viaje en barco de Pablo a Roma (27:1-44), marineros contemporáneos que frecuentan esa ruta dan fe de su credibilidad y autenticidad respecto al tiempo invertido, la distancia recorrida y los lugares visitados.
Entre los siglos II al IV E.C., los catalogadores de las Escrituras aceptaron sin discusión el libro de Hechos de Apóstoles como inspirado y canónico. Se encuentran porciones de este libro y fragmentos de los cuatro evangelios en algunos de los papiros de las Escrituras Griegas, como Chester Beatty núm. 1 (P45), del siglo III E.C.; Michigán núm. 1571 (P38), del siglo III o IV, que contiene porciones de los capítulos 18 y 19, y un manuscrito del siglo IV, Aegyptus núm. 8683 (P8), que contiene partes de los capítulos 4 al 6. Citaron del libro de Hechos Policarpo de Esmirna, alrededor de 115 E.C.; Ignacio de Antioquía, alrededor de 110 E.C., y Clemente de Roma, posiblemente en 95 E.C. Tanto Atanasio como Jerónimo y Agustín, del siglo IV, confirman las listas primitivas que incluyen el libro de Hechos.